sábado, 18 de septiembre de 2010

La caída libre de los cuerpos

Aristóteles escribió en su Física que la velocidad de caída de los cuerpos es proporcional a su masa o peso. Durante dos mil años, nadie cuestionó la veracidad de esta afirmación hasta que el físico italiano Galileo Galilei decidió comprobarlo en aplicación del método científico que él mismo impulsaría.

Galileo comprobó que dos cuerpos de distinta masa caen con igual aceleración (la llamada aceleración de la gravedad,
g, igual a 9,8 m/s2) y, si se dejan caer desde el mismo punto, llegarán a la vez, excepto aquellos cuerpos que tienen mucha superficie y son frenados por el rozamiento del aire (hojas de los árboles, plumas, paracaídas...).

Si se pudiera eliminar el rozamiento del aire, se eliminarían estas excepciones. Esto es lo que podemos ver en el siguiente vídeo, en el que un astronauta americano del Apolo XV deja caer un martillo y una pluma en la superficie de la Luna, donde al no haber atmósfera no hay rozamiento alguno. Observa con atención a partir del segundo 40 del vídeo.

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